La Economía Circular en la Gestión de los Residuos Urbanos, eje del foro organizado por Mancomunidad

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Economía Circular en la Gestión de los Residuos Urbanos

Casi 200 establecimientos se han sumado a la iniciativa, a los que se entregará 204 cubos para separar los residuos correctamente

Margarita del Cid, presidenta de la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Occidental, y José Antonio Gómez, delegado de Medio Ambiente, han inaugurado este viernes el Foro sobre la Economía Circular en la Gestión de los Residuos Urbanos, organizado por el ente supramunicipal.

Durante su presentación, la presidenta ha afirmado, recordando al químico, biólogo y economista francés Lavoisier a finales del siglo XVIII, que “nada se pierde, todo se transforma». La economía circular es, ni más ni menos, más de dos siglos después, la puesta en práctica de esta expresión.

De este modo, el modelo que propone va más allá de reciclaje; no se trata sólo de minimizar o reparar los daños, sino de ir a la raíz del problema. Desde la propuesta de Lavoisier hasta llegar a la filosofía de diseño cradle to cradle (de la cuna a la cuna), que considera todos los materiales involucrados en los procesos industriales y comerciales como nutrientes. Lograr una extensión de vida del producto y reducir, por tanto, la generación de residuos”.

Línea roja del progreso

Así, para Del Cid, “la línea roja del progreso está ahí, en respetar los límites del planeta. Hasta ahora, nuestra economía se ha desarrollado bajo un modelo lineal basado en la hipótesis de la abundancia, la disponibilidad, la facilidad de obtención y la eliminación barata de residuos. Es decir, por crecer a cualquier coste social y ecológico. La economía circular apuesta por cambiar el modo de producción, a fin de lograr que cada producto tenga múltiples ciclos de uso y fabricación, esto es, que los recursos se conviertan en productos, los productos en residuos y los residuos en recursos”.

«La economía circular es rentable»

Del Cid está convencida de que “la economía circular es rentable. Las empresas se están dando cuenta de que reusar y compartir recursos tiene también sentido desde el punto de vista económico. Según datos de la Fundación Ellen MacArthur y de Comisión Europea, las empresas de la UE podrían ahorrar anualmente hasta 600.000 millones de euros si realizan la transición a un modelo de economía circular. Además, se estima que las medidas adicionales que se adoptarán para aumentar la productividad de los recursos en un 30% para el año 2030 permitirán un aumento del PIB de casi un 1% y la creación de 2 millones de puestos de trabajo adicionales. No hay otra alternativa. Aunque desconozcamos su alcance, de lo que no hay duda es que la economía circular es el síntoma, pero también la cura, de las fisuras de nuestro sistema de crecimiento. Teniendo en cuenta que, en solo 15 años, la población mundial pasará de los actuales 7.000 millones de personas a los 9.000 millones, lo que hoy llamamos residuo mañana será necesariamente recurso”.

“Las ciudades son las minas del futuro”

Por su parte, José Antonio Gómez ha señalado que “Jane Jacobs, una de las grandes referencias en el urbanismo urbano moderno, en su libro “Muerte y vida de las grandes ciudades americanas”, escrito en 1961, ya proclamaba que “las ciudades son las minas del futuro”. La madrina de los urbanistas predijo en cierta forma el auge de la minería urbana al darle una definición antes incluso de que el término existiera. En la actualidad no tengo dudas de que Jacobs haría referencia al reciclaje de minerales (como hierro, cobre, oro, plata…) extraídos de los residuos de la ciudad, ya sean edificios, infraestructuras, máquinas o aparatos. Pero la idea de la minería urbana también puede ampliarse hasta el reciclaje y la reutilización sistemática de toda clase de residuos generados por los seres humanos, de manera que apenas hiciera falta recurrir a la naturaleza para producir nuevos bienes”.

Asimismo, el delegado de Medio Ambiente añadió que “aunque la visión de Jane Jacobs está aún muy lejos de convertirse en realidad, la incesante generación de residuos ha evidenciado la necesidad de ponerla en práctica y conseguir que los recursos entren en un círculo infinito del que nunca salgan. En realidad, deberíamos aspirar a la utopía de que, incluso, llegasen a no ser llamados residuos. La conclusión evidente es la necesidad de alargar la vida útil de los productos para así retrasar y, en todos los casos posibles, evitar su gestión como residuo y el impacto ambiental asociado al producto nuevo que lo reemplazaría”.

Concepto de negocio

Al concepto de negocio también se refirió el delegado, argumentando que “la economía circular, además de ser una forma de alcanzar el futuro en mejores condiciones, es también una buena forma de negocio. En un reciente informe, la Comisión de Comercio y Desarrollo Sostenible ha identificado 60 oportunidades de negocio que contribuyen al logro de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU».

«En cuanto a los residuos, las oportunidades están directamente alineadas con la economía circular y la reducción del desperdicio alimentario (alimentos y envases). Al adoptar un enfoque circular para el diseño, la fabricación y la reutilización, estos modelos de negocio mantienen los recursos en juego durante el mayor tiempo posible, recuperando y reutilizando los materiales y productos usados”.

Participantes en el Foro

Entre otros, han tomado parte en el foro, Inés Ayala Sender, diputada del Parlamento Europeo. Fernando Martínez Vidal, director general de Prevención y Calidad Medioambiental de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía. Ángel Hervella, director de Gestión Autonómica y Local de Ecoembes. José Fuster, director de operaciones de Ecovidrio, y Carlos Reinoso, director general de Aspapel.

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