Hidralia emplea un innovador sistema de detección de fugas con helio en Marbella

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Hidralia, la empresa que gestiona el ciclo integral del agua en Marbella, está llevando a cabo, durante estas tres semanas, un plan intensivo para la detección de fugas de agua no visibles en la superficie. Las pruebas se han realizado en los sectores hidráulicos de Nuestra Señora de Gracia hasta Alameda, por un lado y en el de El Cenit, por otro. Durante estas pruebas, se están inspeccionando más de 23 kilómetros de la red de abastecimiento de la zona con el innovador sistema iDroloc.

iDroloc es un sistema de detección de fugas que emplea helio como gas trazador para realizar inspecciones sin interrupción del servicio de agua a los usuarios y sin afectar a su calidad. Esta tecnología plantea una alternativa más precisa y eficaz que los métodos acústicos convencionales y detecta fugas que pasan desapercibidas con estos últimos.

Es gracias al uso de este tipo de tecnologías innovadoras de detección de fugas con helio por lo que la empresa ha conseguido mejorar notablemente el rendimiento hidráulico en distintos sectores de Marbella, que se sitúan por encima del 90% de eficiencia. Esto se suma a la firme apuesta de Hidralia por la digitalización de sus servicios para monitorizar en tiempo real el estado de sus redes. En los últimos cinco años, Hidralia ha logrado un ahorro de 0,6 Hm3 del agua distribuida en el municipio; o lo que es lo mismo: el equivalente al consumo de 10.000 personas en un año. Solo durante 2020, la empresa fue capaz de detectar hasta 382 fugas ocultas en los 85 sectores en los que se divide la red de Marbella.

La transformación digital, esencial para mejorar la eficiencia

La detección de fugas con helio es solamente un último paso a la hora de mejorar el rendimiento de los sectores hidráulicos en Marbella. Previamente, Hidralia realiza un trabajo de monitorización en tiempo real de toda la red de abastecimiento a través del hub operativo de DINAPSIS.

Este hub operativo ofrece una suite de soluciones digitales para optimizar la gestión y mejorar el mantenimiento y la conservación de las infraestructuras. No solo mediante la reducción de fugas, sino también a través del control de la calidad del agua, la telelectura y la gestión del trabajo a través de una planificación centralizada. Esto posibilita la toma rápida de decisiones ante imprevistos y permite avanzar en el desarrollo sostenible de la ciudad y mejorar su resiliencia, al reaccionar ante crisis climáticas de manera inmediata y coordinada para reducir la afectación a la ciudadanía.

Además, una gestión más eficiente del agua supone una ventaja importante para los territorios en periodos de sequía, pues con la reducción de fugas y, por tanto, la mejora sustancial del rendimiento hidráulico, se extraería únicamente el agua necesaria para abastecer a las ciudades, haciendo una gestión más racional de los acuíferos y aumentando la eficiencia energética de los bombeos.