El periodista malagueño Agustín Rivera presentará este viernes en Marbella su libro ‘Hiroshima: Testimonio de los últimos supervivientes’, una crónica sobre los últimos testigos de las bombas nucleares que EEUU arrojó, en los estertores de la Segunda Guerra Mundial, sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, uno de los acontecimientos que más impacto causó en el siglo XX.
En Hiroshima, la angustia de los afectados se mezcla con la compasión, y cierta dosis de ternura, para componer el relato de sus vidas en las dos ciudades japonesas, convertidas en símbolos de paz; justo cuando regresa el miedo global a las armas nucleares.
A través de entrevistas, Agustín Rivera recoge las voces, en primera persona, de las víctimas de una tragedia que marcó su existencia para siempre: el dolor, las secuelas e incluso el sentimiento de culpa por no haber podido ayudar a otros afectados en peor situación.
El libro narra además la experiencia del autor como reportero de diferentes periódicos y digitales en las coberturas periodísticas en Hiroshima y Nagasaki en 1995, 2001 y 2012.
Una obra para descubrir el ruido eterno de los muertos y la capacidad de superación, sin olvidar que somos memoria.
Para el periodista Carlos Alsina, «Rivera es un observador reposado que se detiene en los detalles, en los gestos y las cadencias de las víctimas, estos hibakusha que guardan memoria del horror atómico y que son el alma última de la Historia».
Según el reportero Xavier Aldejoa, «Hiroshima no es un libro sobre la peor bomba de la historia, es una obra sobre algo extraordinario: seres humanos que miran hacia
adelante».
Agustín Rivera, nacido en Málaga en 1972, supo a los cinco años que sería periodista cuando escuchó a unos señores por la radio cantar goles. «Papá, yo quiero ser como ellos». «¿Futbolista, hijo?». «No, los que están al lado de los futbolistas». No sabía que ese oficio que no sabía nombrar le llevaría a estar treinta años trabajando en periódicos: Diario 16, El Mundo, donde fue corresponsal en Japón, y El Confidencial. Ha sido enviado especial a quince países de cuatro continentes. Doctor en periodismo, enseña su vocación y alienta las carreras de futuros reporteros en la Universidad de Málaga. Es devoto de Leila Guerriero, Tom Wolfe y Chaves Nogales. Hiroshima, testimonios de los últimos supervivientes es su cuarto libro de no ficción.