Los agentes descubrieron tiendas de campaña en el recinto de la casa, que albergaba a unas 55 personas
Cuando reservó una estancia de tres noches en una habitación doble en una villa de Marbella a través de una página web, prometió estar satisfecho. Sin embargo, la verdad se parecía más a un camarote de los hermanos Marx; que acabó en la detención de una organizadora de fiestas ilegales en Marbella. Alojamiento conjunto con terceros, habitaciones para hasta 12 personas y una especie de comuna en los jardines cercanos a la piscina, con unas 55 personas en tiendas de campaña.
La organizadora del evento acusada fue detenida tras pelearse con la policía y morder a uno de ellos en el pecho. Su comportamiento con los policías fue diametralmente opuesto al que tuvo con el turista enfurecido con el que comienza la historia. Se dice que ella según la comisaría, le dieron ayahuasca, un alucinógeno, para «relajar tensiones».
Todo comenzó ayer por la tarde, cuando el turista y su pareja, ambos del Reino Unido; llegaron a la villa para disfrutar del alojamiento que habían reservado y por el que habían cobrado más de 1.000 euros, según la denuncia. Cuando descubrieron lo que parecía ser una multitud en toda regla; preguntaron por el supuesto organizador del evento. Por eso se dice que les dio ayahuasca. El escenario era claro de nuevo, fiestas ilegales en Marbella.
Infracción en las restricciones
Dado el número de personas que, según el chivatazo, podían estar implicadas en las actividades, que infringían las restricciones impuestas ante la pandemia de coronavirus. En un principio, el turista llamó a la Policía Nacional, que envió múltiples unidades de la Brigada de Seguridad Ciudadana.
Cuando los agentes de policía llegaron, descubrieron «un gran número» de vehículos aparcados fuera de la villa. La puerta había quedado abierta. En el interior, vieron a unas 40 personas en los jardines en actitud «lúdica»; sin máscaras ni manteniendo las distancias mínimas de seguridad. Según el informe policial, había tiendas de campaña, aperitivos y equipos de música junto a la piscina.
Cuando llegaron los agentes uniformados, la gran mayoría de los presentes salieron corriendo; algunos saltaron el muro perimetral de la villa, mientras que otros se precipitaron al núcleo principal de las habitaciones de la casa.
Y por agresión a la autoridad
La Policía Nacional pudo localizar a media docena de personas que habían sido denunciadas por no seguir las pautas de prevención de Covid-19. Según la comisaría, uno de ellos, un español de 44 años, aseguró ser el responsable del edificio donde se celebraba la fiesta e increpó a los agentes por su presencia.
Sin embargo, la situación se agravó. Al parecer, la mujer se negó a identificarse mientras insultaba a la policía, daba patadas a un agente y mordía el pecho de otro, que necesitó atención médica. Tras ser denunciada, la mujer fue detenida por presuntos actos de desafío o desobediencia, así como por agredir a un agente de policía.
