Después de casi diez años no se ha pasado de la primera de las tres fases para recuperarlo
El origen romano del castillo de Marbella, una sospecha que tenían algunos expertos e historiadores desde hace muchos años, se confirmó en 2009 de una manera un tanto rocambolesca. Unos obreros levantaron parte del pavimento de la calle Escuelas, dentro del recinto amurallado, para reparar una tubería. Encontraron restos arqueológicos inequívocamente romanos.
En el marco de las pasadas Jornadas de Patrimonio, uno de los mayores expertos de fortificaciones de la época islámica en España, y de nuestra fortaleza en particular, el arquitecto y responsable del Plan Director del Castillo, Pedro Gurriarán, hizo de guía a un nutrido grupo de personas para explicarles los secretos y verdades del que él mismo considera “el monumento histórico más importante de Marbella”.
Plan Director del Castillo
Pero al César lo que es del César. El visionario que potenció el estudio de nuestro recinto amurallado y creador del Plan Director del Castillo fue el vocal de Cultura durante la Gestora, Francisco Moreno. Fue allá por 2007 cuando este experto historiador local encargó a Gurriarán la redacción del Plan, que fue aprobado por la Junta de Andalucía en 2010.
Han pasado ocho años y en unos meses está previsto que comience la última parte de la primera fase para recuperar integralmente el castillo. Se trata de unas ambiciosas obras de consolidación de la muralla norte que durarán hasta nueve meses. Tal y como recoge el Plan Director, en una segunda fase se contempla la reubicación de los dos colegios que hay en el interior del castillo y de las viviendas que hay dentro y adosadas a la muralla. Mientras que la tercera fase supondrá el adecentamiento como recinto arqueológico de su interior. También la construcción de un centro de interpretación. Aunque está claro que estas dos últimas fases tendrán un coste social y económico mucho mayor que la primera.
Un castillo único
El arquitecto Pedro Gurriarán considera que el castillo de Marbella es único por varios motivos. “Lo primero es que ha estado habitado desde que se construyó en el siglo I hasta la edad contemporánea, algo muy inusual”. Además, este experto sigue sorprendiéndose del enorme tamaño de esta fortificación de 11.000 metros cuadrados. “Es demasiado grande para ser un simple castillo y demasiado pequeño para acoger en su interior un poblado fortificado”, explica Gurriarán, mientras pasa una mano por los sillares de origen bizantino de la muralla oriental.
Visita guiada por el castillo de Marbella
En su visita guiada, los asistentes pudieron ver la historia de Marbella a través de los diferentes métodos constructivos empleados en la forticación. Lo primero, las tres mil toneladas de roca empleadas por los expertos canteros romanos que levantaron la fortaleza desde cero. Uniendo los sillares sin cemento y con una técnica exquisita. Pasando por la ampliación hacia el Este, unos cientos de años después, del reciento mediante la reutilización de los sillares originales con un método mucho menos fino.
La parte bizantina puede verse en algún tramo de la muralla oriental y Norte, entre el cemento moderno de una reconstrucción llevada a cabo hace unas décadas. Los bizantinos enviados por el emperador Justiniano tuvieron un paso efímero por Marbella y el litoral malagueño y gaditano pero refortificaron algunas fortalezas como la nuestra.
Omeyas en el siglo X
Sin duda, los segundos que más invirtieron en la consolidación del castillo de Marbella fueron los Omeyas en el siglo X. De este periodo data el lienzo de muralla que da al parque de la Represa, en el que se puede apreciar la calidad del trabajo de los canteros. “Es un trabajo muy profesional, similar al desarrollado en Medina Azahara, porque los canteros Omeyas eran de los mejores del mundo en su época”, asegura Gurriarán.
Hay un Plan Director que, lentamente pero de manera constante, está poniendo en valor nuestro monumento histórico más importante. Aunque se necesitarán muchos años hasta que puedan conocerse todos los secretos que atesora en sus entrañas. Por cierto, no existe un túnel que conecte el castillo con el exterior o, por lo menos, todavía no se ha encontrado.
Reportaje de Carlos Lima.
Más información en Reportajes Marbella.