El marbellí afronta su sexta participación en la carrera de casa: «Todos debemos cuidarla»
Llega la Vuelta a España, y el ‘Lince Andaluz’ no se la va a perder. Luis Ángel Maté se prepara ya para viajar mañana con destino a Nimes después de tres semanas de concentración en las alturas de Sierra Nevada. Un tiempo que le ha servido para recargar las pilas después del Tour y afrontar la sexta Vuelta de su carrera deportiva. Ahí es nada. La “carrera de casa”, como siempre dice, a la que hay que honrar en la carretera.
“Vengo muy ilusionado y con la intención de hacer una gran Vuelta. Para mí es una carrera muy especial, es patrimonio de todos los españoles. Tenemos que cuidarla y hacerla grande, empezando por los ciclistas que participamos en ella”, explica el marbellí que tendrá más libertad en un equipo que no tiene un líder claro pero sí un objetivo: una victoria de etapa.
Para ello, cambian totalmente la forma de correr y pasarán al ataque: “En tres semanas pasamos de controlar las escapadas a provocarlas. Es un cambio importante, pero estar en las dos partes te da otra perspectiva y te permite anticiparte a algunos movimientos”, asegura Luis. En cualquier caso, el factor sorpresa siempre cuenta. “Esto no deja de ser deporte. No son matemáticas, pero trataremos de romper a los equipos que quieran controlar la carrera”.
La combatividad fue una seña de identidad de Maté y de todo el equipo Cofidis el año pasado. Sin ir más lejos, el ciclista malagueño fue nombrado en tres etapas como Corredor Más Combativo: en Puebla de Sanabria, en Peñíscola… y en los Lagos de Covadonga: “No es el premio que se busca, pero claro que es un reconocimiento agradable. Te permite subir al podio en una carrera como la Vuelta, y sobre todo es señal de que estás en forma y peleando por las etapas”, arguye.
En lo referente al recorrido, Luis sostiene que es de su agrado y lo encuentra “algo más equilibrado” que otros años: “Sigue habiendo pocos sprints, pero creo que da posibilidades a muchos tipos de corredores”, comenta, y alude a la variedad de etapas: “Hay algún final en alto menos, más días de media montaña para fugas, una crono larga que me parece necesaria en toda gran vuelta… y de los finales en alto se han metido más puertos largos”, analiza mirando el trazado. Tampoco faltan los finales que se han convertido en seña de identidad de la carrera: “Las llamadas ‘cuestas de cabras’ gustan al aficionado medio y, aunque hay varias, creo que este año se ha compensado más”.
Mención aparte merece la semana en su tierra, en esa Andalucía que conoce palmo a palmo: “Será decisiva. Tiene tres finales en alto, cada uno distinto. Calar Alto concentra toda la dureza al final, pero antes se pasa por Tabernas y el calor y el aire pueden jugar malas pasadas. La Pandera es un puerto de pendientes más extremas, y La Hoya de la Mora es una etapa corta pero donde se va a ir rapidísimo”, vaticina. Y dos días más, uno en Antequera y otro entre Coín y Tomares: “La de Antequera será una etapa propicia para la fuga. Tomares huele a sprint, pero cuidado con el viento”.
Por último, Maté considera que habrá algo de nostalgia en esta Vuelta a España, que será distinta al resto por la marcha de Contador: “Lo deja el mejor vueltómano de los últimos años, y máximo exponente del ciclismo de ataque. Debemos aprovechar sus últimas pedaladas, que como siempre seguro que serán ofensivas y espectaculares”, remata.