El arquitecto Rafael Lobón nos muestra el estado actual de este edificio histórico y su futuro uso como museo
El Convento de la Trinidad perteneció durante siglos a la Orden de la Santísima Trinidad y Redención de Cautivos, fundada en 1198 por San Juan de Mata. Fueron los primeros religiosos dedicados a la redención de cautivos. Y su convento marbellí ha estado prisionero del abandono durante muchos años.
La anterior Gestora municipal, hace más de 10 años, intentó iniciar la recuperación de este edificio del siglo XV de la mano del Vocal de Cultura Francisco Moreno. No hubo suerte. El Ministerio de Hacienda rechazó el presupuesto para convertirlo en museo. Ahora parece que por fin se va a rehabilitar para transformarse en el futuro museo de la ciudad gracias, entre otras personas, al duro trabajo del arquitecto Rafael Lobón.
La rehabilitación de lo que resta del convento no será fácil y llevará tiempo. “Por lo menos tardaremos alrededor de un año desde el momento en que la Junta de Andalucía de el visto bueno al proyecto básico que le hemos presentado”, asegura Lobón, que cuenta en su haber con la recuperación del Hospital de la Misericordia y el Palacio de Mondragón en Ronda.
Queda poco ya del que fue un impresionante edificio religioso del siglo XV y XVI. La Iglesia del Convento de la Trinidad se derribó y actualmente es el salón de actos del colegio Bocanegra, mientras que las estancias de los monjes trinitarios desaparecieron para dar espacio al patio de recreo del mencionado centro educativo. “A pesar de todo, la parte del claustro que ha sobrevivido será rehabilitada y el proyecto contempla un techado para proteger el patio interior”, explica Rafael Lobón.
Inversión
En total se invertirán cerca de 1.8 millones de euros en la rehabilitación de este edificio. En un futuro, cuando esté listo, formará parte de un conjunto histórico cultural de primer orden, junto al ampliado Museo del Grabado, el castillo romano, el Hospitalillo y la Iglesia de la Encarnación.
El futuro museo tendrá en total 600 metros cuadrados con diversas salas de exposiciones, dotando por fin al municipio de un lugar que cobije los numerosos restos arqueológicos originarios de nuestro pasado.
Un edificio cuyo origen se remonta, por lo menos, al periodo nazarí de Marbella
Cuando se hicieron las catas para conocer el pasado de este edificio histórico, se descubrió una pared de estuco negro del periodo nazarí. Y en esa época, como hoy en día, el estuco demuestra que había ubicado en este espacio una vivienda de cierta riqueza. También se encontraron diversas tumbas posteriores a la Reconquista.
Tras la toma de la ciudad por Fernando el Católico, se construyó una capilla dedicada a Santa Catalina, entorno a la cual posteriormente creció el convento hasta ocupar toda la manzana y algunas zonas aledañas, tal y como explica el arquitecto Rafael Lobón.
Esta capilla aún subsiste, con sus arcos y su cúpula y conforma uno de los elementos arquitectónicos más valiosos que han sobrevivido al otrora imponente Convento de la Trinidad.
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