Arrugas, falta de luminosidad, descamación o flacidez son otras de las consecuencias de la exposición solar continuada
Son numerosos los factores que perjudican nuestra piel en verano: mayor exposición al sol, aires acondicionados, sudoración, desorden en los hábitos de descanso y alimenticios, etc. Es por eso que, cuando llega septiembre, aparecen o se acentúan diversas patologías en nuestra piel que deben ser tratadas de inmediato si queremos evitar su envejecimiento prematuro. “Más arrugas, fotoenvejecimiento, falta de luminosidad, manchas, deshidratación, sequedad, descamación, flacidez, aparición de nuevas manchas, pecas, … estas son algunas de las consecuencias que nos encontramos en nuestra piel después del verano. De hecho, en nuestras consultas dermatológicas más del 70% de las consultas por manchas en la piel se producen después del verano”, explica el Dr. Herrera Acosta, Jefe del Servicio de Dermatología del Hospital Vithas Xanit Internacional, perteneciente al grupo sanitario Vithas.
Afortunadamente, la mayoría de estas patologías son benignas y llevar a cabo algunos cuidados después del verano puede ayudarnos a recuperar la salud de nuestra piel. “Es importante en estos meses que preceden al invierno llevar a cabo una hidratación continua e intensiva, así como una limpieza diaria para eliminar la piel muerta, más abundante tras el periodo estival. Tras una buena exfoliación para eliminar las células muertas se requiere una posterior rehidratación intensiva y continuada. Y, por supuesto, recuperar un buen descanso nocturno así como una alimentación equilibrada”, explica la Dra. Rocío Martín Palanca, especialista en Medicina Estética y Antienvejecimiento, quien añade que “Es muy recomendable también aplicarse una mascarilla hidratante todos los días durante un mes, utilizar serum y productos dermocosméticos con Vitamina C, un antioxidante muy eficaz para neutralizar los radicales libres que aceleran el envejecimiento de la piel”.
“Si la piel se ha visto más afectada de la cuenta, con la aparición de manchas, por ejemplo, podemos utilizar, siempre asesorados por un dermatólogo, un tratamiento con Luz Pulsada Intensa, que es un láser que se utiliza para la eliminación de manchas y la estimulación de producción de colágeno que ayuda a regenerar nuestra piel. Las infiltraciones de ácido hialurónico de alta gama o la realización de un peeling también se recomienda en estos meses para recuperar la firmeza, elasticidad y luminosidad de la piel”, añade la Dra. Mónica García Soto, también especialista en Medicina Estética, miembro del Servicio de Dermatología del hospital.
No obstante, e independientemente de que la exposición solar haya sido más o menos prolongada o continuada los especialistas recomiendas que, después de las vacaciones de verano, realicemos una autoexploración de lesiones en la piel así como una revisión de lunares y manchas por parte de un especialista que nos ayude a determinar el estado de nuestra piel y si necesitase o no algún tipo de tratamiento. “Y, por supuesto, debemos seguir usando la protección solar durante todo el año”, recuerda el Dr. Herrera Acosta.