Conocemos de la mano de la experta Nora Cámara las claves de la biodiversidad submarina en nuestro litoral
Nuestros fondos submarinos son un desierto y en concreto, las profundidades marinas de Marbella, que acusan la actividad humana de las últimas década. Ésta ha provocado la desaparición de numerosas especies marinas y una drástica reducción de los ejemplares de otras muchas.
El litoral marbellero se ha convertido en un decorado idílico para los turistas que nos visitan en verano, con su cielo azul; su arena donde poner la toalla, y sus aguas en las que disfrutar de los hidropedales o las motos de agua. Pero es eso; un escenario de pantomima que esconde una realidad dolorosa: detrás no hay nada, sólo los restos de la enorme riqueza que una vez tuvo.
Impacto del ser humano
“El impacto del ser humano ha sido enorme, ha transformado completamente los fondos marinos”, explica Nora Cámara, una de las mejores conocedoras de nuestro patrimonio natural submarino. “Actualmente, la costa de Marbella y San Pedro Alcántara es un arenal con muchas rocas, cascajo y cantos rodados; quedando algún pequeño rodal de posidonias aquí y allá. Este entorno favorece a algunas especies filtradoras que se esconden bajo la arena o en las rocas”, puntualiza esta experta buceadora, que reconoce que la falta de variedad de animales submarinos es cada vez más alarmante.
Soluciones
¿Qué se puede hacer? Mucho, aún estamos a tiempo de recuperar parte de esa riqueza que había hasta hace poco en nuestra aguas. “Hay que informar, concienciar e involucrar a la gente y a las autoridades”, comenta Cámara. Y explica cómo desde las instancias públicas se hace poco o ningún caso a las necesidades de la fauna y flora marina. “Hay que ir a los colegios y a los institutos; explicarles a los más pequeños, y a sus padres, que cuando juegan en los espigones a coger cangrejos o pequeños peces entre las rocas lo que están haciendo es destruir las guarderías donde esas especies crecen y encuentran refugio”, señala Nora.
Hace falta un mayor conocimiento de la biología marina. Implicar a los propios pescadores, para que sean ellos mismos los que protejan a las especies marinas que necesitan ser preservadas. “Es algo que los romanos hacían muy bien con el atún. Pescaron esta especie durante cientos de años. Pero lo hacían bien. No los capturaban cuando entraban al Mediterráneo, esperaban a que desovaran y, cuando volvían al Atlántico, los pescaban”, explica la buceadora. Una simple cuestión de sostenibilidad.
Profundidades marinas de Marbella
Por otra parte, Nora Cámara, que colabora con Marbella Activa y hace cursos de concienciación en centros educativos, tiene una opinión muy clara sobre los futuros espigones en nuestro litoral. “No es comparable pero es bueno tener en cuenta el desastre que ha sido la urbanización The Palm en Dubai; ese megaproyecto que llenó de arena el mar para hacer una urbanización en forma de palmera. Alteró de forma drástica las corrientes marinas y provocó un estancamiento del agua. Con lo que fue un fiasco porque la peste de la materia orgánica en descomposición era insoportable”, comenta Cámara. Ella aconseja fijarse en los holandeses, quienes son los mayores expertos del mundo en construcciones marinas.
Estamos perdiendo la conexión con la Naturaleza. Y, en lo que respecta al mar, más si cabe. La biodiversidad en nuestro litoral está herida de gravedad. Mucho puede hacerse para recuperar nuestra flora y fauna submarinas. Todos tendremos que arremangarnos para hacer algo, empezando por Ayuntamiento y otras instituciones, si no nuestro mundo submarino será tan árido como el desierto del Sáhara.
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