Comenzó siendo una casona más, rodeada de viñedos y arboledas ubicada en el centro urbano y de espaldas a un mar en el que faenaban los pescadores de los que dependía buena parte de la actividad económica de la Marbella de mediados del siglo XX.
Recién enviudada, la malagueña Elvira Vidal adquirió la vivienda para cambiar de aires y tratar de superar la desaparición de su marido, sin saber que, años más tarde, el hotel El Fuerte en Marbella en el que se transformaría el inmueble conservaría para siempre el recuerdo de ambos.
Figuras destacadas de la jet set y el oficialismo de una Europa que se recuperaba de los estragos de la Segunda Guerra Mundial empezaban a poner sus ojos en aquel tranquilo pueblo de pescadores y temperaturas suaves, pero que apenas contaba con hoteles en los que alojar a un turismo incipiente.
Elvira aceptó y puso en marcha una pensión en la que los primeros huéspedes fueron Maximiliano Hohenlohe y Piedad Iturbe y sus hijos Alfonso y Max; y por la que pasarían el poeta Jean Cocteau, la escritora Ana de Pombo, el diplomático Edgar Neville o las familias Parledé y Gross.
Pero, a pesar de la fama que acapararía la pensión, los ingresos no llegaban para cubrir su mantenimiento y Elvira la acabaría vendiendo por 1,2 millones de pesetas en 1957 al empresario José Luque Manzano, impulsor del hotel El Fuerte, de cinco estrellas y uno de los más emblemáticos del municipio.
Estilo clásico y elementos contemporáneos
Para mantener su memoria, el grupo hotelero El Fuerte ha dedicado a Elvira la mejor habitación del establecimiento, una suite de 85 metros cuadrados de superficie y 29 metros cuadrados de terraza con vistas al mar y que lleva por nombre ‘La Dama Selected Master Suite’.
La habitación, de estilo clásico y elementos contemporáneos, se encuentra en la quinta planta, cuenta con salón comedor con cocina, despacho y vestidor y pernoctar en ella cuesta más de 2.000 euros la noche.
«Cuando mi padre le propuso a Elvira Vidal comprar su casa para convertirla en hotel, ella había recibido otras ofertas de compra, incluso de la propia familia Hohenlohe. Pero ella creyó en mi padre porque vio que realmente quería convertir a su entonces pensión en uno de los mejores hoteles del pueblo. Y ella amaba Marbella. Gracias a su decisión, mi padre se inició en el mundo de la hotelería», señala la consejera de Fuerte Group Hotels, Isabel Luque García.
La suite incluye también un ejemplar de la obra ‘La Dama de El Fuerte’, en el que la escritora y cronista local Ana María Mata recuerda la figura de Elvira.
«Conocía a mucha gente, pero apenas tenía amigos. Era una mujer espléndida. Todos los domingos compraba 100 pesetas de churros y los traía a casa para desayunar, algo que en esa época se veía como descomunal», recuerda la autora de la antigua regente.