FRANCISCO ROMERO. Lo que el mercado no puede comprar
- 9 Febrero, 2020
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Educación Financiera. Versión Española
Hoy día, cada vez más cosas están en venta. ¿Debería ser así? Se puede comprar una mejor celda en ciertas prisiones en California (82$/noche); se puede pagar por matar a un animal en extinción con el contradictorio fin de recaudar fondos para mantener su especie; se puede “alquilar” un vientre materno en India; se puede pagar a alguien para que guarde cola por ti en el médico, o en el Congreso de EEUU. Pero estos no son algunos ejemplos de economía sumergida o de prácticas más o menos ocultas. No, estos son ejemplos de actividades reguladas por ley y creciente número de empresas dedicándose a ello.
Durante los últimos 30 años, los mercados se han expandido a áreas de la sociedad en donde nunca antes habían estado. Necesitamos preguntarnos si hay ciertas cosas que el dinero no debe comprar, porque parece claro que puede comprarlo prácticamente todo.
Michael J. Sandel ocupa una Cátedra de Ciencias Políticas en Harvard y gracias a que sus cursos online son los más populares de la universidad y atraen a miles de personas de toda condición, es conocido como “el profesor más popular del mundo”. De este título dan fe los millones de visualizaciones de sus cursos online, traducidos a 27 idiomas y premios como el “Princesa de Asturias” de Ciencias Sociales de 2018, entre otros muchos.
En la obra que da título a este artículo, Sandel explica con gran claridad e infinidad de ejemplos lo que él considera la paulatina “economización” de la vida como un gran problema para nuestra sociedad en la actualidad. Cómo el análisis coste-beneficio está invadiendo aspectos vitales donde el criterio no debería ser exclusivamente obtener la máxima utilidad para el agente que más desee realizar una transacción determinada.
Para Sandel, hay cosas que son sagradas, o que deberían seguir siéndolo.
En estos temas es urgente distinguir lo que son las cosas, y lo que deberían ser. Cuando la distinción no está clara o no se observa, entonces estamos o totalmente imbuidos en el statu quo dominante o bien vivimos en un mundo utópico (un cielo en la tierra).
Que todo esté en venta puede resultar preocupante por dos motivos: la producción de desigualdad y la corrupción. Lo primero porque si todas las cosas buenas se compran y se venden, el tener dinero supondrá una gran diferencia. En el segundo caso porque poner un precio a las cosas buenas de la vida, puede corromperlas.
Cuando se pone un precio a algo, se lo convierte en mercancía que puede ser objeto de transacción comercial, pero no todos los bienes se valoran apropiadamente de esta manera. Se podría decir que hay que cosas que no tienen precio. Pero ¿seguirá siendo así? ¿Por cuánto tiempo?
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