Desde el año 2000 el mercado del alquiler inmobiliario ha sido de vital importancia en la economía de muchas familias
Conociendo de primera mano el sector inmobiliario; más concretamente el del alquiler de larga y corta temporada; he podido vivir en primera persona las diferentes etapas que ha sufrido este sector en las últimas dos décadas como si de una montaña rusa se tratase. Desde el año 2000 el mercado del alquiler inmobiliario ha sido de vital importancia en la economía de muchas familias. No solo en España; por ser un país con un alto interés turístico por el clima y el alto nivel de vida a un precio inferior al norte de Europa; sino también internacionalmente; lo que ha provocado una revolución en el sector turístico y residencial.
Cronología
2000
Poco a poco los propietarios de viviendas en zonas turísticas, perdieron el miedo a alquilar semanas que ellos no utilizaban a amigos y después a clientes desconocidos a través de internet. Al ver que estas propiedades les aportaban ingresos en vez de gastos por primera vez desde su compra, de las semanas de alquiler pasan a meses o temporadas completas de alquiler, convirtiéndolo en un negocio, y en muchos casos los ingresos no eran declarados.
2005
Más adelante, del miedo a alquilar, se pasa a la euforia del beneficio y ya se comienzan a alquilar temporalmente propiedades dentro de los núcleos urbanos de las ciudades, incluso el propio hogar familiar. Más aún si este se encuentra en una zona de alto interés turístico para fechas señaladas como Semana Santa, Navidades o fiestas locales a precios desorbitados.
2008
Llega la crisis inmobiliaria y la población pasa a alquilar en masa al no poder tener acceso a la compra de vivienda por la dificultad de conseguir hipotecas. De la misma forma promotores inmobiliarios comienzan a alquilar todo el stock que saben no podrán vender en años y más adelante cuando estos pierden la titularidad de las propiedades a manos de los bancos, estos harán lo mismo para poder tener ingresos con los que mantener dichas propiedades.
2009
Aparece Airbnb y revoluciona el mercado facilitando y democratizando el mercado de alquiler turístico igual que Uber lo hace en el sector del taxi.
2013
La economía empieza a recuperarse y muchas familias optan por invertir en propiedad inmobiliaria para poner su “hotelito” en el mercado de alquiler como nueva forma de negocio.
2014
La “industria” ya no sector, del alquiler, se ha transformado, y hasta la propiedad más humilde en la callejuela más oscura, está en el mercado, saturado de viviendas turísticas donde se ofrece cambio de sábanas diario y sales de baño…lejos quedó la crisis y los recortes para la sociedad, que no aprendida la lección, se lanza a viajar y gastar nuevamente como si no hubiese un mañana.
2015
Se satura el mercado del alquiler temporal, y la enorme demanda causa una subida del precio de forma incontrolada, sobretodo en la vivienda de larga temporada en la costa y más aún en los centros urbanos. El precio de venta de la vivienda vuelve a dispararse.
2016
El sector hotelero comienza a presionar a los gobiernos para frenar esta huida de los clientes hacia las viviendas de alquiler turístico (que de hecho ayuda a diversificar el beneficio económico hacia la población, dando trabajo a miles de personas, en vez de concentrarse en grandes compañías hoteleras, que en muchas ocasiones se benefician de una laxa fiscalidad o tributa en paraísos fiscales. Pero el gobierno le pasa la “pelota” a las autonomías para que sean ellas quienes ejerzan de verdugos ante la población.
2018
Los autonomías comienzan a regular (obstaculizar) el alquiler de corto plazo para sacar tajada y que el sector hotelero no pierda beneficio. Financiadores de partidos políticos a la par de conseguir licencias para hoteles a base de maletines a funcionarios sin escrúpulos. Se imponen las famosas licencias de alquiler para fiscalizar y rastrear todos los ingresos, obligando a las plataformas de internet a compartir la información de los ingresos en tiempo real y aplicar unos impuestos sobre la renta de dichas propiedades, lo que reduce drásticamente el beneficio de dichas propiedades y en algunos casos hiere de muerte el “negocio” por el que habían sido adquiridas.
2019
Las grandes capitales crean normas para impedir el alquiler temporal más de 3 meses al año por provocar una subida insostenible del precio de la vivienda en los núcleos urbanos y obligar a las familias que alquilan larga temporada a emigrar fuera de los centros urbanos.
2020
El COVID-19 paraliza de golpe el alquiler turístico en todo el mundo, las plataformas de alquiler internacionales devuelven la totalidad de las reservas efectuadas a los clientes y dejan a los propietarios con todas las previsiones a cero. Automáticamente las propiedades vuelven a convertirse en gastos e impuestos, pero ya no vislumbran ingresos. Paralizando en cadena los ingresos de miles de familias que vivían al día de dichos alquileres.
Políticas sociales
Por otro lado las políticas sociales del nuevo gobierno PSOE-Podemos; al ofrecer ayudas al alquiler por 6 meses y la prohibición de desahucio; provocan que miles de inquilinos paralicen los pagos del alquiler en espera de unas ayudas que aún no se sabe si llegarán; amparados en que no pueden ser desahuciados; lo que ha bloqueado los ingresos de larga temporada a los arrendadores; como también ha ocurrido con los de corta temporada. Esto va a provocar otra explosión más en la economía al impedir que el dinero circule. A parte de un aluvión de denuncias por impago en los juzgados, frente una cascada de insolventes en la nueva ola de desempleo sin alternativa de vivienda.
Ahora el Banco de España pretende intervenir con otro giro de tuerca más; el sector que ya está tocado de muerte; para ver cuánto más puede quitarle del pastel a los propietario. Y de esta manera se empobrece más si cabe al ciudadano y se castiga al ahorro y la inversión, motor de una economía desindustrializada.
Francisco Ernesto Gutiérrez
Consultor Inmobiliario Marbestates
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